Toca
diana a las 7:50, recoger, desayuno y a Bregenz a por el japonés. Se viene con
nosotros hasta Friburgo. Seguimos carretera desde Bregenz a Suiza para ver las
cataratas del Rhin.
Nos
dirigimos al paso fronterizo más cercano el que da paso por la ciudad de St.
Margrethen, ya en la frontera de Suiza nos piden la documentación del coche, nuestros
pasaportes y se los llevan. Si ponéis este itinerario en el GPS, depende de
cómo lo tengáis programado, os enviará
directamente por la ruta que os estamos describiendo pasando por Austria y
entrando al territorio suizo por la carretera B 204 que se transforma en
autopista ceca de Sankt Gallen. Por eso cuando vuelven nos dicen que tenemos
que comprar una tarjeta para viajar por el país de medio año por 30 € así que,
media vuelta y otra vez hacia Lindau a el paso por la ciudad de Schaffhausen.
Es mucho peaje para tan sólo ver las cataratas.
Hace
buen día y eso ayuda porque el viaje se hace bastante largo, hasta las
cataratas nos ha supuesto algo más de dos horas. Pasamos de nuevo la frontera
suiza, como decíamos en la zona más próxima a la ciudad de Schaffhausen, enseñamos
de nuevo la documentación, pero nos dejan pasar sin tener que comprar el
billete de autorización para circular por las carreteras. La tarjeta de pago
sólo lo exigen si quieres andar por autopista.
Llegamos
a las cataratas siguiendo las indicaciones que hay por todo el pueblo, no tiene
pérdida. Dejamos el coche en el parking, 3,5 €, y nos acercamos hasta las
cataratas. Son el mayor salto de agua en la Europa Central y se encuentran en
el curso del Alto Rin. Tienen 150 metros de anchura y 23 m. de altura. Los
caudales y la cantidad de agua que pasa por segundo es terrible e impresiona.
El
paseo lo vamos realizando a lo largo de las diferentes pasarelas y plataformas
de observación. Hacemos fotos, miramos precios de barcos que te acercan hasta
unas zonas próximas a las cataratas, pero damos la vuelta a pie por la margen
izquierda sin montar en ellos. Llegamos a la zona del castillo Laufen y como
hemos dicho seguimos el recorrido, pero esta vez de regreso.
De
camino a Friburgo, aún en Suiza, paramos a comprar pan y embutido para hacernos
unos bocatas. No hay áreas de descanso así que nos acomodamos en una parada de
autobús. Nuestro amigo japonés tampoco lleva comida y le ha parecido caro lo
que ha visto en la tienda. Le invitamos de nuevo a comer.
Seguimos
y después de casi tres horas llegamos a Friburgo, volvemos a la región de la
Selva Negra.
Lo
primero tras llegar a la ciudad toca buscar alojamiento. El primer albergue,
todo completo. El segundo hostel, también. Vamos directamente al camping que
tiene la ciudad, el Hirzberg. De todas las opciones que nos ofrecen elegimos la
de alquilar una caravana, 32 €. También alquilan tiendas de campaña y es la
opción que elige el japonés. Decir que está bastante cerca del centro a unos 20
minutos andando. Añadir en su favor que es muy coqueto y desde luego muy
tranquilo.
Nos
tomamos la tarde libre para conectarnos a internet, disfrutar de una duchita, rato
de sentada relax con unas cervezas, cenita y charla. Al rato viene el japonés a
tomar café, después del día y que las sensaciones ya no son tan buenas,
pensábamos que ya no vendría.
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